
Es fácil sentirse abrumado por la avalancha de noticias, que son principalmente malas noticias, y advertencias de que las cosas empeorarán aún más! Si no tenemos cuidado, o bien nos volveremos reactivos sin pensar, lo que hace que nuestra gente dude de nuestra sabiduría, o nos volveremos pasivos, lo que les invita a mirar hacia otro lado en busca de dirección. Incluso después de lograr la inmunidad de rebaño, y que las empresas y las iglesias vuelvan a abrir, el daño del año pasado permanecerá con nosotros. En la continua incertidumbre, los líderes necesitan hacer cinco preguntas cruciales:
1. ¿Qué deberíamos comenzar?
Para algunos, es inconcebible hacer planes de comenzar algo nuevo al estar lidiando con la tragedia y la pérdida, pero los grandes líderes saben que los tiempos bajos (en el mercado y la comunidad) ofrecen oportunidades increíbles para los que son sabios y ágiles.
2. ¿Qué deberíamos detener?
Nos damos cuenta de que, al menos algunas de las reuniones, programas y eventos que planeamos en tiempos "normales" ya no encajan. Estaremos desperdiciando nuestro tiempo y nuestros recursos si insistimos en continuar con ellos.
3. ¿Qué deberíamos suspender hasta después?
Algunas actividades serán apropiadas después, pero no ahora. Necesitamos priorizar nuestros planes para enfocarnos en los que marcarán la mayor diferencia a corto plazo.
4. ¿Qué se debe mantener cueste lo que cueste?
Los valores organizacionales no se pueden sacrificar de ningún modo. El qué, cómo y cuándo pueden cambiar, pero el propósito y los valores siguen siendo la luz que guía a la organización.
5. ¿Qué acelerará nuestra velocidad de crecimiento?
En una crisis sostenida, las personas de la comunidad y posibles clientes están buscando organizaciones que se puedan adaptar al entorno cambiante, que hablen a sus necesidades emocionales y a sus necesidades físicas, y que ofrezcan servicios y productos que quieren desesperadamente. Las iglesias y los negocios que ven estas oportunidades crecerán... y las demás se tambalearán y quizá morirán.
Estas son preguntas importantes cuando las cosas van bien, pero son cruciales cuando nos vemos ante tiempos de incertidumbre, estrés y duda.
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