La libertad de elegir es tal vez el atributo más poderoso y el recurso más preciado que tienes en la vida. Esta capacidad da forma a la persona que llegas a ser, cómo te expresas, el éxito que alcanzas y la influencia que tienes en el mundo. Eres el resultado de tus decisiones, no de tus condiciones. Tus decisiones determinarán si te conviertes en una persona que es realmente indispensable o una a la que difícilmente echan de menos.
Piensa por un instante en los grandes líderes que han alcanzado éxito. ¿Han tenido alguna vez un mal día? ¡Sí!
¿Han realizado tareas o trabajos que no les gustan? ¡Lo más seguro!
¿Necesitan apartarse para recargar sus baterías? ¡Por supuesto que sí!
¿Son seres humanos? ¡Definitivamente!
Pero aún, a pesar de todo lo mencionado antes, estos individuos traen algo extraordinario al juego, no siempre porque sienten hacerlo, sino porque deciden MARCAR LA DIFERENCIA sin importar cómo se sienten.
¿Cuál es la diferencia entre estos individuos y la mayoría de las personas? Ellos han elegido usar sus dones, talentos y experiencias de vida para dejar una marca en el mundo. La diferencia entre la gente ordinaria y la gente extraordinaria son sus decisiones. Puedes elegir cómo respondes ante cada circunstancia difícil que enfrentes con tu jefe, en tu trabajo, con tus compañeros de oficina y con tus clientes. Puedes decidir qué tanto de ti vas a darle a tu trabajo y a tu familia, o qué tan poco. Cuando llegue el momento de reclinar tu cabeza en la almohada al final del día, habrás tomado cientos de decisiones que van a afectar la calidad de tu vida y la de los demás.
Finalmente, las decisiones que son correctas y que las tomas libremente, siempre te guiarán a la libertad.
Dios te bendiga...
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